El alumnado está muy motivados con la nueva aula de religión. Siguen trabajando al mismo ritmo, tienen allí sus libros y cuando terminan el trabajo, se van a seguir aprendiendo en los diferentes rincones que tenemos. De puzles y libros con historias bíblicas, de las mascotas de clase, de disfraces, casita, construcciones, plastilina o del ordenador.
Yo estoy contenta de verlos a ellos y a ellas deseosos de ir al aula y trabajar allí.
Ya os seguiré contando...
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