¿Qué es?
Este modelo de prevención y resolución de conflictos
se fundamenta en el diálogo como herramienta que permite superar las
desigualdades. En el tratamiento del conflicto toma protagonismo el consenso entre
todas las partes implicadas, especialmente el alumnado, sobre las
normas de convivencia, generando un diálogo compartido por toda la comunidad en todo el proceso normativo (ética procedimental).
Este tipo de modelo permite una mejora cualitativa de la convivencia
tanto en los centros como en toda la comunidad educativa. Generar
espacios de diálogo previene los conflictos. Para ello es necesaria la
implicación de toda la comunidad, para que todas las opiniones sean
escuchadas y consideradas cuando se trata de establecer las causas y
orígenes de los conflictos y en la solución de estos, mientras el
conflicto todavía es latente.
¿Cómo se organiza?
En este proceso se tiene que recoger la opinión de todos los miembros
de la comunidad, ya que todas las personas tienen aportaciones que
hacer en la transformación del conflicto; y las capacidades de
resolución y habilidades de los diferentes miembros son un
enriquecimiento al diálogo igualitario. El consenso de una norma se
concreta en 7 pasos a través de los cuales se asegura el diálogo y
participación de toda la comunidad. Para que esta norma consensuada sea
efectiva, deberá cumplir seis condiciones: 1) que pueda ser claramente
acordada por todas las personas, de todas las mentalidades y edades; 2)
que tenga relación directa con un tema clave para las vidas de las niñas
y niños; 3) que haya apoyo “verbal” claro del conjunto de la sociedad;
4) que (hasta ahora) se incumpla reiteradamente; 5) que se vea posible
eliminarlo; 6) que con su superación, la comunidad de un ejemplo a la
sociedad, familiares, profesorado, niñas y niños.
No hay comentarios:
Publicar un comentario